La luz del ambiente es más clara, el cielo tiene un color más azul y el clima casi siempre es fresco, menos en diciembre que hace un frío bien sabroso o en semana santa que el calor es arrecho y los papagayos adornan el cielo. Los colores son más colores, es decir, el rojo es más rojo, el amarillo es más amarillo, el verde más verde es y la gente es más gente, las viejas que te protegían de chamo ahora te necesitan para que las protejas a ellas. Las esquinas de por aquí también son diferentes (aunque Ismael Miranda diga que “las esquinas son iguales en todos laos”), el ron que se toma en ellas es más sabroso. Conversar mil veces sobre el mismo tema con el mismo ánimo de la primera vez, celebrar la fortuna de algún vecino o lamentar la tragedia de otro y hacerse solidario con quien está en desgracia es la norma, te arrechas con cualquiera pero en la chiquita cuentas con esa gente, porque igual que tu lo harías, no te dejan morir, las jevas, el deporte, la pila de cocos…, bueno si sigo diciendo porque estoy enamorado de Catia no termino nunca. Siempre digo que soy de Caracas pero primero soy de Catia.
lunes, 3 de abril de 2017
Por qué Catia
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